sábado, 1 de diciembre de 2007

LA EDAD MEDIA




Los Caballeros reanudaron la marcha en busca de sus adorables doncellas. Parece que el Señor Olvido quiso hacerlas desaparecer en medio de la Nada.


Mientras galopaban sentían los caballeros una sangre veloz corriendo por sus sienes y el sudor bajaba por sus espaldas, sentían que algo terrible podría estar sucediendo.


El río helado no bastaba para amedrentar a los pobres caballos que llevaban horas sin recibir descanso.


La Bruja Yesemaní Nimaseyé estaba oscurecida bajo la nube cambiante del Cielo Quejumbroso .


Y el rico mercader sefardí Isaías no paraba de contar las monedas de la Venganza Truculenta de los Moros Sonrientes.


Días de frío otoñal.


Y la capilla de San Alberte a la espera con el padre JudiaSolo de recibir a tan insignes visitantes.


Esperaba que se limpiasen los pies antes de invitarles a mendrugos de pan con cebolla, lo único que tenía después de la Guerra BienLlevada por los Enemigos de la Cocorota Media.


Todo estaba oculto y en el lugar del Silencio Callado ....

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