sábado, 8 de septiembre de 2007

LUCIANO Y NUESTRAS VIDAS



A veces no somos conscientes de la importancia de cada ser humano individual. Si nos ponemos a pensar lo que el mundo se hubiese perdido sin el Bell Canto de Pavarotti, muchos de nosotros tendríamos la sensación de no haber vivido.


Y es que Luciano tiene un no sé qué que emociona, que levanta el ánimo y hace que ames la música y el canto. Él, además, con el privilegio de una voz que ni los mismos dioses imaginarían, sé que disfrutaba compartiendo una canción con artistas más o menos famosos que a su lado, por muy buenos que fuesen, la estropeaban.


Y es que lo importante de la música es compartirla, sentirla y dejarla vivir en nuestros corazones. Por eso, Juan el senderista olvida el ridículo, sabe de lo poco agraciada que es su voz, pero se acuerda de Luciano y de que lo mejor es con la música y el canto comunicar sentimientos y recibir todo lo bueno que te dan los que comienzan a escuchar y acaban participando del momento musical, así sucedió con el himno del senderista iar, ahí nació el SENTIMIENTO IAR.



El género humano recibe la medicina adecuada para su supervivencia cuando personas como Luciano Pavarotti inculcan nuevas maneras en nuestro mundo artificial de consumo, dinero, éxito superfluo, guerras pueriles y hambrunas evitables.



Al final, son números UNO porque saben que sus privilegios tienen que regalarlos a la Humanidad, en el caso de Luciano en forma de VOZ. Gracias por haberte decidido por la Música y no haberte quedado con la profesión de maestro de escuela, también apasionante, mas así te hemos conocido en el mundo entero, y tu voz no es tuya, no, es la Voz de la Humanidad.



Mi hijo, se llama Juan Luciano, Luciano en honor a su abuelo materno que cantaba las canciones de Farina y de Juanito Valderrama y se formaban corros en los pueblos y aldeas de los alrededores de Lugo. Mi abuelo materno que tocaba el piano por Europa con un compañero hasta que la guerra truncó su afición. Enfin, Pavarotti, mi hijo es aficionado a la música, toca el contrabajo, y espero, que modestamente, haga honor a tu nombre, LUCIANO.



LA PAZ SEA CONTIGO.


2 comentarios:

Dant dijo...

Verdaderamente emotivo, increíble. Este es el verdadero Juan, el del sentimiento más profundo. Esto es por lo que admiro su canto, él mismo lo explica.

Un texto para recordar, para guardar. Una verdadera maravilla para los que lo leen, al igual que los que escuchaban al Big Luciano, al Grande de la Ópera, del canto.

Anónimo dijo...

¡Que alguien me recomiende un buen siquiatra por favooooooor!

marina